Hay frases que están insertadas en nuestra sociedad y que es común es escuchar, pero nunca nos detenemos a pensarlas. “El tiempo no nos alcanza”… “el tiempo es dinero”… Sus inicios se remontan en los comienzos del capitalismo, a partir del momento en que el trabajo se transforma en una mercancía, por lo que es necesario un cierto orden, fragmentación y control de ésta.
Si lo contextualizamos en nuestra vida cotidiana, nos podemos dar cuenta más fácilmente. Vivimos y actuamos casi de forma inconciente, sin plantearnos realmente por qué hacemos lo que hacemos. Miramos el reloj permanentemente y sentimos la necesidad de estar ubicados temporalmente siguiendo un orden cronológico. Vivimos el tiempo de una forma lineal (pasado-presente-futuro). Sin darnos cuenta, termina siendo el tiempo el que controla nuestra vida.
La idea de pensar el tiempo como arte significa transformar nuestra visión del universo… abrir la puerta a una percepción distinta de la realidad… vivir el tiempo como el no tiempo, el aquí y ahora.
La frase proviene de la fórmula principal de la Ley del Tiempo.
T ( E ) = Arte
Dicho de una forma menos matemática, significa que la energía puesta en movimiento a través del tiempo es expresada siempre como arte. Al volver a la conciencia de tiempo natural y seguir sus ciclos, podemos sentir que el tiempo es arte y el arte es la canalización de la energía.
El tiempo es circular, deja de ser una medida de duración para pasar a ser un orden sincrónico del universo. Las leyes naturales son de “orden cósmico” y si no las respetamos, alteramos la percepción de la realidad, la sacamos de su armonía, la mecanizamos, y nos desconectamos de ella.
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